IT'S ALL GOOD!

Nunca imaginé conocer a nadie ni de tan lejos ni de tan cerca. Múltiples nacionalidades arrolladas en un espacio común, de cuatro paredes y techo altísimo.

La luna está lejos, quizá en la otra punta del mundo. Un viaje personal, cautivado por lo desconocido, arrastrado por la ansiedad de vivir nuevas experiencias en un lugar donde el ruido es enfermizo en horas adormecidas bajo la luz ténue y apagada de millones de estrellas que no se ven.

¡Oh! Buenos Aires

Ciudad llena de movimiento, girado en una ruleta que nunca termina, prendidos al azar de una tómbola sin destino, ni billete ni recompensa.

Las calles rebozan vida en esta ciudad sin sueño llena de gente de todo tipo: vendedores ambulante que aprovechan cualquier oportunidad, cartoneros, pibes chorros, colectiveros, boleteros, patovicas, tacheros...

Sus calles expiran tangos rezumados en soledad, sumidos en la gran noche cuando cae el ocaso. Historias fantasmagóricas escuchando Los Redondos, una puerta abierta a un destino improvable, utópico.

"Las plazas son manantiales de sabiduría"

Lo dijo en mitad de la conversación, justo después que nos leyera el significado de nuestros nombres. Y era así como se presentaba ante la gente con el fin de sacar algunas moneditas o charlar un rato.

Rondaba la cuarentena o capaz, un poco más. Vivía en la calle, lejos de los grandes edificios poblados de hormiguitas, bajo un puente.

Uno más de los que se nutren de la sabiduría de las plazas, de las mil y una historias y de la experiencia de los que viven con mucho más que sus simples pertenencias.